Así vivo el COVID en mi comunidad | 26 de junio de 2020
Yumary tiene la voz suave pero profunda; reunida con las personas de su comunidad pide la palabra y espera hasta que se la concedan, cuando por fin es su turno, empieza a hablar y saca a flote toda la sabiduría y liderazgo que a sus 18 años ya ha acumulado y que le han valido para ser la gobernadora más joven de su comunidad.
Ella es una mujer indígena Embera Dóbida de la ciudad de Quibdó , cuya generación se ha criado en las zonas urbanas del departamento del Chocó, pues su pueblo, proveniente del Alto Baudó, ha sufrido distintos desplazamientos a causa del conflicto armado que ha afectado su pueblo. A pesar de esto, Yumary aún conserva la lengua materna como parte vital de su cultura, la cual le ha servido, no solo, a guiar su comunidad, también a proyectarse cada vez más, como una lideresa que contribuye a generar mayores oportunidades de educación, salud y trabajo dentro de la misma.
Recientemente ante la crisis provocada por el COVID-19, la Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC, ha puesto la voz de alarma, frente a la situación de los pueblos indígenas del Chocó, “provocado por el alto grado de subregistro, el número reducido de pruebas realizadas y la desconfianza de la población a la hora de asistir a los centros hospitalarios”.
Por eso ella, en conjunto con las demás personas de su comunidad han tomado varias acciones de prevención, por ejemplo, han lavado frecuente sus manos, tienen mayor cuidado con las niñas, niños y mayores, se han mantenido resguardados en la comunidad y constantemente tienen jornadas de limpieza en sus hogares. Todo lo anterior, sin olvidar sus prácticas ancestrales como el Kipará (pintura corporal), la cual ha contribuido a cuidar y proteger sus cuerpos de las enfermedades.
El liderazgo de Yumary, ha sido percibido tanto por las personas de su comunidad , como por aquellas que la escuchan en los espacios de formación brindados por la Fundación PLAN, ya que sus comentarios y opiniones, siempre llegan con nuevas ideas, perspectivas distintas y sin duda, le dan un rol protagonista al sentir y pensar de la mujer indígena.
Actualmente ella se encuentra participando de forma virtual en las diversas actividades de Liderando por la Paz, uno de los Programas de Fundación PLAN dedicado a velar por los derechos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en el Pacífico colombiano, en el que por medio de los espacios de formación y movilización de acciones comunitarias como las Juntanzas, Yumary aprende por medio del diálogo, prácticas resilientes y formas pacíficas de resolver los conflictos en su comunidad.
Para Yumary, los espacios brindados por la Fundación son de mucha importancia, ya que le aportan elementos para convertirse en una mejor lideresa. Cabe resaltar, que las acciones del Programa Liderando por la Paz en el Pacífico, se logran al apoyo de su asocio con La Unidad para las Víctimas y con los recursos brindados por el Gobierno de Canadá.
¿Qué pensamientos y sentires tiene la mujer Embera?
Para Yumary es motivo de orgullo ser indígena, en su idioma, encuentra el refugio para hablar y expresar abiertamente su sentir más profundo; sabe que como lideresa debe hablar y velar por los derechos de las mujeres, y que estar presente en la toma de decisiones colectiva, es una forma de aprender y enseñar a las personas de su comunidad.
“Las mujeres Embera, por costumbre y tradición han recibido muchos maltratos, y ahora que nos damos cuenta, debemos cambiarlo y poner otras acciones en práctica.”
Por eso ella sabe que hoy más que nunca, ante la emergencia sanitaria, estar presente en la toma de decisiones y liderar las acciones para proteger a las personas de su comunidad, son esenciales para preservar sus vidas y su cultura. Se estima que, según la proyección de los modelos de contagio del Instituto Nacional de Salud, en un escenario con tasa de contagio de 2,68, y dadas las condiciones de contexto económico, social, cultural y educativo de Quibdó, se contagiará un 80% de la población, es decir, 104.660 habitantes.
A pesar de esto, Yumary tiene una actitud positiva y tranquila, porque sabe que mientras esté en su comunidad podrá solucionar los problemas más fácilmente, y que ella, estará siempre presente para contribuir a que su comunidad viva en paz.
