Así vivo el COVID | 11 de marzo de 2021
Nuris, ‘La Negra Ardiente’, se ha forjado con las adversidades. Como el hierro ha salido más fuerte de todos los golpes y maltratos que ha recibido en la vida y desde muy pequeña, por esos días en los que escribía sus primeros alabaos y su voz empezaba a florecer, supo lo difícil que era ser mujer al ser víctima de secuestro y abuso sexual por quien sería el padre de sus hijos. La llama empezaba a encenderse.
En su mente aún está el recuerdo de las noches caleñas en donde veía desde la ventana de una pequeña habitación (esa jaula que le impuso un hombre y la llevó contra su voluntad fuera de su Tumaco) las luces de Cali. Las mismas que le hacían anhelar poder regresar junto a sus padres, pero a su vez le permitió ser testigo de cómo la comunidad de ese barrio se reunía alrededor del canto, la danza y el teatro el cual sería de alguna manera su escapatoria a esta situación.
“cuando él se iba a trabajar yo empecé a reunirme con una señora a la que le ayudaba a organizar los grupos, ponía a quienes participaban a cantar e íbamos mirando quien tenía talento, pero todo esto a escondidas porque si mi esposo se daba cuenta me pegaba” comenta Nuris, hasta que un día por medio de estas personas logró enviar una carta a sus padres, quienes informaron a su hermano y fuera a su rescate.
Una vez en Tumaco, el padre de sus hijos fue a su búsqueda y no tuvo más opción que regresar con su maltratador hasta cuando sus hijos fueron adolescentes y pudo reunir valor para seguir cantando mientras terminar su bachillerato. Gracias al apoyo de varias personas empezó a conocer rutas de atención a mujeres maltratadas, las que también transmitía a sus conocidas que estaban pasando por lo mismo, “desde allí seguí con mi liderazgo en mi comunidad, empecé a hacer grupos de niñas, niños y jóvenes enseñándoles valores, que no se deben dejar maltratar ni tocar de nadie” expresa.
La llama ya se encontraba más viva y la negra más ardiente, Nuris se define como una mujer a la que le gusta el fuego, bailar y cantar a su alrededor, en él puede ver su fuerza y poder, ”siento que puedo levantarme y no permitir que me hagan daño, el fuego es mi respaldo y mi escondite” Así es como nace La Negra Ardiente, una lideresa cultural que promueve a las 48 niñas, niños, adolescentes y jóvenes, el amor por la tradición pacífica, la igualdad de género, el autocuidado y respeto por las demás personas a través del teatro, la danza y el canto.
Para Lineth, una de las jóvenes participantes y quien lleva 16 años vinculados a estos procesos ha sido la posibilidad de abrirse al mundo, conocer personas y lugares nuevos, pero también le ha permitido poder tomar buenas decisiones en su vida, “cuando veo personas malas que quieren entrar a mi vida, simplemente las alejo y cuando vemos que hay niños con riesgo de tomar malos pasos, les aconsejamos hacer algo nuevo, como en el arte, cantar y bailar” cuenta la joven.
Nuris no es una mujer que piense en pequeño, es por eso que uno de sus sueños es poder grabar un disco, “sueño con que mi música se hiciera muy popular y que con las ganancias de las ventas y conciertos pueda construir un espacio propio, mi academia, un lugar donde pueda seguir formando a más niñas y niños.”
Gracias a su participación en procesos de formación a lideresas, como los desarrollado por Fundación PLAN por medio de su programa ‘Liderando por la Paz’ ha podido promover en niñas, niños, adolescentes y jóvenes el autocuidado, generando estrategias de cuidado para toda la comunidad en especial frente al COVID-19; cuenta que como comunidad implementaron controles en la entrada de la vereda donde viven con el fin de desinfectar todo automóvil y persona que entrara para evitar la propagación del virus y mantener sana a la población.
En el ámbito musical tomaron en cuenta protocolos de distanciamiento y bioseguridad para poder seguir reuniéndose a cantar y tocar sus instrumentos, como resultado obtuvieron varias obras de teatro y arrullos, también cuenta que con las niñas y niños más pequeños se limitaron a realizar ensayos por medio de WhatsApp en donde ellas y ellos enviaban notas de voz donde ensayaban sus cantos.
Nuris es una persona resiliente, que a pesar de su historia de vida ha hecho de sí misma una mujer que espera no se repita con nadie lo que ella tuvo que vivir, es una constructora de entornos seguros, salvaguarda de niñas, niños, adolescentes y de su cultura, permitiéndole ser una constructora de cultura de paz.
Este proceso de formación a líderes y lideresas (Figuras Clave), se da gracias al financiamiento del Gobierno de Canadá y se desarrolla en asocio con la Unidad para las Victimas.
Rutas de Derecho | 11 de marzo de 2021