Construcción de Paz | 6 de enero de 2021
Aún está oscuro, en Tumaco y sus alrededores no ha amanecido y Alan ya está de pie. Son las 4 am y la emoción de su primer día de clase lo hace levantarse dos horas antes de lo habitual para ir a su colegio. Inicia su ritual diario al organizar su uniforme en pares: zapatos con medias, pantalón con ropa interior y camiseta con camisa; luego toma un baño y desayuna sin camisa para no hacer de su uniforme un desastre y poder llegar impecable a su primer día de bachillerato.
Ya se asoman los primeros rayos de luz y Alan espera ansioso que sean las 6:30 a.m. para iniciar su trayecto por la carretera destapada que lo lleva a su colegio, donde conoció de Fundación PLAN gracias a la profesora Carmen, su docente desde segundo de primaria, y quien lo invitó un día junto a otras niñas y niños a realizar el mapeo comunitario de la institución educativa.
El reloj marca las 7 y él ya está en su aula preparado para iniciar un nuevo año escolar y también alegre por la oportunidad de replicar con sus compañeras y compañeros todo lo que ha podido aprender como figura clave* del programa Liderando por la Paz, donde Alan al igual que otras 172 niñas, niños adolescentes, jóvenes y personas adultas que se reconocen como figuras clave, son evidencia de la construcción de cultura de paz en Tumaco, Quibdó y Buenaventura a través del programa Liderando por la Paz, mediante herramientas que les permitan tener liderazgo, generar cohesión social, aplicar su habilidad de escucha, comunicación asertiva, la identificación de riesgos y autocuidado de su cuerpo y entorno.
Alan trata de ser conciliador en los conflictos entre estudiantes, escuchando y animando a acudir a la psico orientadora de su institución si así lo consideran, replicando lo aprendido. “yo como figura clave ayudo a las niñas, los niños, y a todas las personas para que la violencia no continúe” enfatiza Alan, sin embargo cree que en su institución educativa los niños son pocos comprensivos con las niñas, opina que aún falta mucho por avanzar al ver que sus compañeros se creen mejor que ellas, y lo evidencia en los recesos de clase donde a las niñas no las dejan jugar futbol, y donde él una vez más toma una postura que le ha brindado su proceso de formación: “No sean machistas, las mujeres tienen los mismos derechos”.
La palabra y el argumento son su herramienta, respira y mantiene la calma porque sabe que un día él también fue como sus compañeros; se irritaba fácil, hasta con su perro rambo a quien golpeaba por el simple hecho de ladrar, pero ahora ha hecho las “paces” con su mascota y con la naturaleza, vela por el cuidado de las plantas y las aves, replicando lo aprendido también a sus amigos de la vereda a quienes les gusta hacer ‘caucheras’ hechas con pedazos de neumático y palos con el objetivo de lanzar objetos a las aves: “yo les digo que no las hagan para matar pájaros porque a ellos también les duele igual que a nosotros, que mejor siembren un árbol” expresa el niño, aplicando su conocimiento en la construcción de cultura de paz, en este caso con la naturaleza.
En casa también se han generado cambios, las labores del hogar son compartidas y sus ideas son tomadas en cuenta para la toma de decisiones, su voz es escuchada y es tomada en cuenta, recuerda el día en que sus padres intentaban hablar solos “y como uno siempre escucha, me metí y empezamos a hablar de cómo dar solución a nuestras dificultades” dice Alan, además, gracias a su iniciativa han empezado a cultivar palma de coco, papaya y yuca en el patio trasero de su casa del cual ya se han beneficiado de los frutos.
Esto se da gracias a Fundación PLAN y al financiamiento del gobierno de Canadá y asocio con la Unidad para la Atención y Reparación integral a las Víctimas (UARIV).
*Figura clave es toda persona que, desde su interés personal y un trabajo voluntario, realiza diferentes acciones de cuidado, escucha, acompañamiento, contención y protección, y desde allí aportan a la transformación de la vida de las comunidades, contando con reconocimiento social